Módulo de respeto o módulo de la vergüenza

LA SITUACIÓN DE LAS MUJERES EN LA CÁRCEL DE IRUÑA

Todos los estudios especializados, sean teóricos o empíricos, que trabajan la situación de las mujeres en su paso por una experiencia de encierro concluyen que las mujeres son las grandes olvidadas dentro de una prisión y también lo son cuando estas salen. Las cárceles de mujeres son remanentes de las de hombres, es por eso que ellas están menos atendidas dentro de prisión y además tras su salida tienen menos recursos para la integración y más obstáculos por tanto para la misma.

Basta echar un somero vistazo a la Ley Orgánica General Penitenciaria y al Reglamento Penitenciario para darse cuenta que la escasa docena de artículos referidos a las especificidades que se antojan obvias de la estancia de una mujer en una prisión son más que insuficientes para atender a esas peculiaridades sea en materia de salud, higiene, trabajo, maternidad etc.

Y esta situación no es diferente en la cárcel de Iruña.

Hace ya un tiempo desde Salhaketa denunciamos que dentro del módulo de mujeres de este centro penitenciario se había instaurado un peculiar régimen: el llamado “módulo de respeto”. Es esta una figura por la que desde hace algunos años se está apostando desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y que viene a instaurar, bajo el velo de ser un glorioso sistema terapeútico, un alegal (por no decir ilegal) régimen interior no recogido en el Ordenamiento jurídico del Estado. Este módulo se instauró como proyecto piloto en el módulo de mujeres exigiendo a las internas su consentimiento bajo la amenaza de que, en caso de no hacerlo, serían trasladadas. Denunciamos entonces no solo el modelo sino la forma en la que se comenzó a aplicar en ésta cárcel y la no casual experimentación de este sistema con las mujeres.

Desde entonces este nuevo régimen interno para quienes tenemos contacto permanente con prisión no ha dejado de sorprendernos y sobre todo de horrorizarnos.

Se trata este, siendo muy esquemáticas, de un control integral de la vida cotidiana de todas las internas desde las 7.30 de la mañana en el que hay “toque de queda” hasta que se van a acostar con el consiguiente recuento regulando todas y cada una de las actividades que hacen en el día y sobre todo controlando su trabajo, porque si algo caracteriza el módulo de respeto de la cárcel de Iruña es que tienen a todas las mujeres todo el día trabajando en la limpieza con un sistema de grupos de trabajo limpiando sobre lo que ya está limpio ¡porque lo importante es trabajar para redimir la culpa y ser mujeres pulcras de bien!

En este módulo de respeto la valoración de todo lo anterior se hace sobre un sistema, basado en el refuerzo negativo, poniendo puntos negativos (no de los del Reglamento penitenciario) a las internas, lo que se traduce en una injerencia brutal en todas las facetas de su ser y de su estar. Pero esto no es todo y es que el castigo derivado de la acumulación de puntos negativos es colectivo ¡si señor! Nada de responsabilidad personal por los hechos propios ¡todas son castigadas por lo que hagan las demás!

Como se pueden imaginar esto ha hecho que progresivamente la situación en el módulo sea insostenible e irrespirable y es que ¿qué se puede esperar de un sistema que tiende justamente al conflicto, al abuso y a la irracionalidad en vez de a la paz social?

Hace falta ser muy necio para no darse cuenta de las consecuencias de un modelo semejante, pero hace falta ser perverso para llevar a las mujeres del módulo hasta donde las han llevado. La dirección del centro ha concluido que lo mejor para cambiar la situación es abandonarlas a su suerte, quitarles actividades, sacarlas al patio todas las horas del día sin excepción y más mano dura: más control, más puntos negativos y por si fuera poco han tenido la colaboración de la policía vestida de paisana con sus perros adiestrados para controlar sus celdas. 

Ante esta situación, las mujeres del módulo, insultadas en su dignidad han considerado oportuno responder con un amago de negación a mantener los grupos de tareas para limpiar como exige el régimen del módulo de respeto…un amago que se quedó solo en la palabra porque de lo contrario ya les advirtieron que consideraría que se estaban amotinando.

Ante la falta de diligencia, inoperancia, poder de gestión, de mediación y de sensibilidad de la dirección del centro denunciamos la situación de estas mujeres atrapadas “en un módulo de la vergüenza”.

No son bastantes las palabras para describir la desesperación, frustración e impotencia que sienten en estos momentos las aproximadamente 20 mujeres que se encuentran el la cárcel de Iruña. Mujeres que aun encerradas no han perdido su autoconcepto de personas y simplemente piden que se les trate con respeto. Dejen de ofenderlas por favor, dejen de jugar con ellas, de abusar de ellas con sus normas sin sentido. Les parecerá algo inaudito pero hace pocos días nos decían estas mismas mujeres que solo pedían que se les tratase como personas, no como animales.

 

Acerca de Salhaketa Nafarroa

SALHAKETA Nafarroa es una asociación anti carcelaria y anti punitivista. Se constituyó en 1988 y desde entonces ha trabajado por la defensa de los derechos de las personas presas y sus familiares. Con este objetivo se han buscando medidas alternativas a prisión, se trata de fomentar la concienciación social de lo que supone la realidad penitenciaria en Navarra y se han creado y fomentado tanto procesos como programas de inclusión social para personas presas navarras, con arraigo en Navarra o que se encuentran cumpliendo condena en la cárcel de Pamplona.
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