Comunicado de Salhaketa, carta a Mercedes Gallizo, acerca del nuevo paradigma terapéutico y de control de los módulos de respeto y de las UTE…

DOSSIER PARA LOS MEDIOS

RUEDA DE PRENSA DE SALHAKETA IRUÑA
Motivo: Implantación de un “módulo de respeto” en el módulo de mujeres del CP de Pamplona.
Fecha: Miércoles 10 de febrero de 2010
Índice de contenidos: 1. Comunicado de Salhaketa; 2. Carta enviada a Mercedes Gallizo Directora General de Instituciones Penitenciarias; 3. Acerca del nuevo paradigma terapéutico y de control de los llamados “módulos de respeto” y de las UTE (Unidades de Tratamiento)
Anexos: 1.- Consentimiento informado de aceptación de entrada en el modulo de respeto del CP de Pamplona; 2.- Calendario a cumplir por las internas del módulo de respeto del CP  de Pamplona.

1.- Comunicado de Salhaketa

En las últimas fechas se ha comunicado a las internas de la Cárcel de Pamplona que se va a implantar un módulo de respeto en el módulo de mujeres.
Un módulo de respeto es una unidad de separación interior de un Centro Penitenciario en donde la inclusión del interno es voluntaria y lleva implícita la aceptación de las normas del módulo. La implantación de este programa supone un régimen de vida y disciplina más duro para las internas recibiendo en contraprestación una serie de beneficios penitenciarios (permisos, adelanto de terceros grados…) aquellos internos que evolucionan favorablemente.
En el módulo de mujeres de la Cárcel de Pamplona se ha instaurado éste módulo de forma arbitraria, irracional y con el consentimiento VICIADO de las internas del módulo. Lo manifestamos de este modo por lo siguiente:

1º.- El modulo de mujeres de la Cárcel de Pamplona es un único módulo dentro del cual no se pueden realizar separaciones arquitectónicas para crear dos espacios diferenciados, modulo de mujeres “tradicional” y modulo de respeto de mujeres. Por tanto existe ya una manifiesta imposibilidad de crear esta figura en el módulo de mujeres del CP de Pamplona. Es esta una nueva decisión arbitraria del Centro Directivo de Madrid, sin tener en cuenta las características del CP de Pamplona.

2º- Ante esta realidad arquitectónica surge la duda de cómo va a ser posible la convivencia, dentro de un mismo módulo, de mujeres sometidas a las normas del módulo de respeto y a mujeres sometidas al régimen penitenciario ordinario. La respuesta del centro ha sido clara: traslado de las internas que no quieran participar de forma voluntaria en el programa o que posteriormente sean expulsadas del módulo.

3º- Dada ésta imposibilidad arquitectónica y la solución prevista por la institución, traslado, la voluntariedad de las internas a participar en el modulo de respeto quedado totalmente en entredicho ya que todas las internas han tenido que firmar un consentimiento de adhesión al módulo sin:
– Haber sido totalmente informadas de qué es un módulo de respeto ni qué supone su entrada en él.
–  Consentimiento real de muchas de ellas.
Ante esta situación ni mucho menos se puede afirmar que todas las presas del módulo han firmado su solicitud de participación voluntaria en el módulo con plena y libre decisión.

4º- Valoramos como de muy grave la sanción de expulsión de un módulo que da lugar de manera automática al traslado de esa interna a otra cárcel de Estado Español.
La expulsión del módulo de respeto en otras prisiones supone la salida del mismo y la vuelta al módulo “ordinario” del que procedía en esa misma Cárcel. En Pamplona, la expulsión del módulo es doblemente gravosa, en primer lugar por que supone la salida del programa y en segundo lugar por que esta salida supone la marcha a otro centro penitenciario dado que no existe otro módulo en Pamplona. Esto supone un desarraigo de la interna y es contrario a la legislación penitenciaria.

5º- Criticamos el hecho de que siempre sea en mujeres en quienes se “experimenten” programas de tipo penitenciario.

6º- La hoja de consentimiento informado recoge una serie de compromisos que se antojan dudosos: Por ejemplo: obligación de someterse a todo tipo de controles y cacheos
Además deben aceptar un sistema de evaluación del módulo y un sistema general de puntos cuyas consecuencias, a parte de la gravosa de la expulsión, no se conocen. Por tanto quedan sometidas, además de al estricto reglamento penitenciario, y por encima de él, a todo un sistema de puntos positivos y negativos que no saben de qué manera se van a aplicar y como les va a afectar en su vida en el centro.

7º- Por el momento el módulo de respeto se ha traducido en un incremento de cámaras (hasta ahora había 2, ahora aun aumentado en al menos 4 más) y en que las internas comienzan a ver potenciales conflictos entre ellas.

8º- A tenor de todo esto, además, nos surgen toda una serie de preguntas de vital importancia, dado que afectan a los derechos de las internas:
– ¿Qué va a pasar con las presas que se encuentren de manera preventiva (esto es, que se encuentren presas a la espera de juicio por lo que su presunción de inocencia opera y no se ha acreditado que la misma deba “reinsertarse”) en el modulo de mujeres? ¿Estarán sometidas a las normas del modulo de respeto? En contra partida ¿se les reconocerán los beneficios que se obtienen a través del modulo de respeto como permisos, terceros grados y libertades condicionales adelantados, salidas terapéuticas…? Hemos de recalcar que las presas preventivas no tienen ningún derecho a obtener beneficios penitenciarios dado que no se encuentran ni penadas ni clasificadas, no obstante se tienen que someter a la rigidez del modulo de respeto sin contraprestación alguna para evitar ser trasladadas a otra prisión.
– ¿Qué va a pasar con las presas en transito (aquellas que se encuentran en la Cárcel de Pamplona con destino a otra prisión)? ¿Qué va a pasar con las que se encuentren presas a disposición judicial (es decir, aquellas quienes tienen asignada otra Cárcel de cumplimiento pero por decisión judicial deben estar por un periodo de tiempo a su disposición en la Cárcel de Pamplona)? ¿se verán obligadas a participar en el modulo de respeto? ¿supondrá que el no participar en el modulo se transformará en un régimen de aislamiento dado que en este caso no será posible el traslado?

Pero aún queremos ir más halla, en la nueva macrocarcel que se va a construir en Pamplona:
– ¿Se ha concretado la construcción de un modulo de respeto?
– El modulo de mujeres de la nueva cárcel ¿va a ser como el actual, un único módulo?
– ¿Se va a implantar el modulo de respeto en el modulo de mujeres? O simplemente se pone a prueba en él y en la nueva cárcel se establecerá en el modulo de hombres.
– ¿Se van a cometer estas mismas irregularidades en la nueva Cárcel?
– ¿Se ha previsto la construcción de un modulo de madres en la Macrocárcel? O la institución no se preocupa de cubrir las verdaderas necesidades y derechos de la mujeres presas.

2.- Carta enviada a Mercedes Gallizo Llamas Secretaria General de Instituciones Penitenciarias

A LA ATENCIÓN DE Dª. MERCEDES GALLIZO LLAMAS
SECRETARIA GENERAL DE INSTITUCIONES PENITENCIARIAS

Pamplona a 6 de febrero de 2010

Muy Sra. Nuestra:

Por medio de la presente nos ponemos en contacto con usted para poner en su conocimiento los acontecimientos que se están sucediendo en las últimas fechas en el Centro Penitenciario de Pamplona.

Como muy bien usted sabe, desde Instituciones Penitenciarias se está promoviendo la implantación, en todas las cárceles del Estado, de los denominados “módulos de respeto”. En las últimas fechas, se ha comunicado a las internas del modulo de mujeres de la cárcel de Pamplona que va a ser en él donde se va implantar el modulo de respeto en nuestra cárcel.
Tal y como se recoge en el “Manual de Módulos de Respeto” de la página web del Ministerio del Interior (ver el siguiente enlace: http://www.derechopenitenciario.com/comun/fichero.asp?id=1984), la puesta en funcionamiento de estos módulos requiere, entre otros, la realización de los cuatro siguientes pasos:
– Visita del Centro Penitenciario de León.
– Elaboración del Proyecto.
– Aprobación del Proyecto por el Centro Directivo.
– Puesta en funcionamiento.
El hecho de que las internas de la cárcel de Pamplona ya hayan sido informadas de la próxima implantación en su módulo del modulo de respeto, que a las mismas se le haya hecho llegar una hoja de adhesión voluntaria para participar en este programa, la colocación de al menos 5 nuevas cámaras de seguridad en el modulo… no hace sino evidenciar una cuestión, que se están dando los pasos necesarios para poner en funcionamiento el modulo de respeto en el modulo de mujeres del C.P de Pamplona y todo ello con la aprobación previa de este proyecto por parte del Centro Directivo.

A pesar de esta evidencia, los firmantes de la presente, tenemos la esperanza de que la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y su Directora, a la que nos dirigimos, tenga una clara falta de información sobre el lugar donde se va a implantar este módulo y que, tras la lectura de la presente, proceda a replantearse la implantación del modulo de respeto en el modulo de mujeres de la C.P de Pamplona, de otra manera habrá de entenderse que Instituciones Penitenciarias no trata a los presos como personas y vulnera sus derechos de manera flagrante.
A continuación pasamos a hacer una breve descripción del modulo de mujeres de la Cárcel de Pamplona:
Al momento de escribir la presente misiva se encuentran en el módulo de mujeres de la cárcel de Pamplona 14 presas. Estas mujeres tienen edades y nacionalidades diversas. A pesar de ello, y dado que algunas internas llevan en el módulo más de 6 años, con el paso del tiempo han creado una red entre ellas y se han organizado para hacer su convivencia y su permanencia en la cárcel lo más llevadera posible. Cada mujer tiene asignado un destino en el que llevan mucho tiempo con variaciones dependiendo de las entradas y salidas de prisión. Cuando llega una interna nueva al modulo todas las internas se encarga de recibirla y de ser su guía durante las primeras semanas en la cárcel. Entre ellas se ha creado una comunidad a la que pertenecen voluntariamente. Las internas que prefieren mantenerse más independientes pueden serlo siendo la convivencia entre ellas correcta  Como es lógico surgen roces entre las habitantes del modulo que tratan de solucionar. Consideramos importante reseñar que, cuando se han producido estos enfrentamientos, en la mayoría de los casos, ha sido por que al menos una de las partes tenía algún problema mental. Así es la vida en el módulo en lo que respecta a la relación entre las internas.

Todas las mujeres de la Cárcel de Pamplona se encuentran en un único módulo, el cual en si mismo y todas sus instalaciones se caracterizan por su reducido tamaño y espacio. El modulo consta, en la planta baja, de siete habitaciones (celdas en las que a duras penas caben la litera y las internas que la ocupan), una enfermería, una habitación de madres, una habitación de ingresos, una habitación con tres duchas, un aseo, una escuela, una sala de costura, un botiquín, sala del psicólogo y un comedor. La segunda planta comprende un gimnasio- biblioteca del mismo tamaño que el comedor. Cada una de estas plantas tiene aproximadamente 30 m2. Así mismo, el módulo tiene un patio que mide aproximadamente 40 m2.

A pesar de estas características tanto humanas como arquitectónicas se ha decidido implantar el modulo de respeto en el modulo de mujeres de la cárcel de Pamplona.
La Dirección General de Instituciones Penitenciarias define los módulos de respeto como “unidad de separación interior de un centro penitenciario en donde la inclusión del interno es voluntaria y lleva implícita la aceptación de las normas del módulo”.
Como ya hemos dicho, el modulo de mujeres del CP de Pamplona es un único módulo dentro del cual no se pueden realizar separaciones arquitectónicas para dividirlo de manera que éste quedara formado por dos módulos diferenciados, uno de mujeres y otro módulo de respeto de mujeres. Ante esta imposibilidad arquitectónica surge la duda de cómo se va a poder hacer posible la convivencia dentro de un mismo módulo a mujeres sometidas a las normas del módulo de respeto y a mujeres sometidas al régimen penitenciario ordinario. La solución ha sido fácil: las presas que no quieran participar en el módulo de respeto serán trasladadas a otra prisión. Ante esta situación y ni mucho menos de manera voluntaria sino de forma impositiva, todas las presas del módulo han firmado su solicitud de participación voluntaria en el módulo. Es decir, no han sido las internas quienes han solicitado voluntariamente su adhesión al proyecto sino que se les ha impuesto la participación en el mismo siendo que con anterioridad a la firma de su solicitud no se les ha informado correctamente de que supone dicha adhesión estando por tanto abiertas a todo tipo de sorpresas.

Esta situación generada con el beneplácito de todas las instancias implicadas vulnera frontalmente principios básicos del propio módulo de respeto como es la participación voluntaria en el mismo así como principios básicos de todo preso reconocidos por la legislación penitenciaria como es que todo preso tiene derecho a cumplir su condena en su lugar de residencia o donde tiene su arraigo familiar.

Con la implantación del modulo de respeto en el modulo de mujeres de la Cárcel de Pamplona se van a dar unas situaciones que no sabemos si se han tenido en cuenta, (tanto la gravedad como la consecuencia de las mimas) y desconocemos que medidas se han pensado adoptar cuando se sucedan. Estas son:

– ¿Qué va a pasar con las presas que se encuentren de manera preventiva en el modulo de mujeres? ¿Estarán sometidas a las normas del modulo de respeto? En contra partida ¿se les reconocerán beneficios que ofrece a las penadas este nuevo sistema como puede ser permisos, adelantos de tercer grado, libertad condicional, indultos administrativos, salidas terapéuticas…?
– ¿Qué va a pasar con las presas en transito en la Cárcel de Pamplona? ¿Qué va a pasar con las que se encuentren presas a disposición judicial? ¿se verán obligadas a participar en el modulo de respeto? ¿supondrá que el no participar en el modulo se transformará en un régimen de aislamiento?

Aún queremos ir más halla, en la nueva macrocárcel que se va a construir en Pamplona:

– ¿Se ha concretado la construcción de un modulo de respeto?
– ¿Se va a implantar el modulo de respeto en el modulo de mujeres?
– El modulo de mujeres de la nueva cárcel ¿va a ser como el actual, un único módulo?
– ¿Se van a cometer estas mismas irregularidades en la nueva cárcel?

Por último quisiéramos manifestar que la implantación de módulos de respeto a lo largo y ancho de la geografía carcelaria de nuestro país parece ser un intento de dar una visión diferente de la prisión e introducir un modelo “educativo” y reinsertador más “humano”. Si bien la reciente implantación de estos módulos no nos permiten conocer el alcance y consecuencia de estos nuevos sistemas penitenciarios, de los visto y conocido hasta ahora, a los firmantes de esta carta, los módulos de respeto no nos merecen una opinión mejor que la que nos merece la que podríamos llamar prisión tradicional:

– El sistema educativo que impera en estos módulos de respeto es un modelo educativo de refuerzo negativo.
– La conducta negativa de una sola persona afecta negativamente a todo su grupo sin embargo las conductas positivas solo repercuten a nivel personal. Esto cuando menos choca frontalmente y contradice el derecho al tratamiento individualizado que todo preso tiene reconocido por la legislación penitenciaria.
– Los presos pasan a ocupar el papel de vigilantes.
– Se genera una desconfianza entre los internos y conflictos potenciales por cuestiones de relevancia mínima.
– No se alenta un espíritu solidario, critico y responsable. Se impone un sistema individualista y sumiso.
– El control de todas las conductas de los internos anticipa una ingerencia abusiva en la persona.
– Se provoca una gran inseguridad jurídica a los internos ya que no existen una relación de las conductas permitidas o no, sino unas pautas generalizadas (regidas por el concepto de “socialmente normalizado”, termino sin duda muy ambiguo y subjetivo). Esto da lugar a una gran discrecionalidad en las decisiones de los funcionarios.
Con todo lo denunciado a través de la presente carta, creemos que la Dirección General de  Instituciones Penitenciarias debería estudiar a fondo y replantearse la implantación del modulo de respeto en el Centro Penitenciario de Pamplona.

Muy atentamente

ASOCIACIÓN DE APOYO A PRESOS SALHAKETA IRUÑA PRESOEN ALDEKO ELKARTEA
3.- Acerca del nuevo paradigma terapéutico y de control de los módulos de respeto y de las UTE
3.1. Los módulos de Respeto
1.- Requisitos para implantar módulos de respeto
En el Manual de los Módulos de respeto (http://www.derechopenitenciario.com/comun/fichero.asp?id=1984) se recoge que con el fin de conseguir que la puesta en marcha y el funcionamiento de los Módulos de Respeto (MdR) respondan lo más fielmente posible al modelo que se pretende implantar de forma generalizada en el conjunto de los centros, se han elaborado una serie de pautas de actuación que servirán como puntos de referencia a la hora de realizar la evaluación de estos módulos.
Entre estos establecen los siguientes:
a.- La Dirección del centro determinará el módulo en donde se aplicará el modelo, los funcionarios allí destinados así como los internos participantes y el procedimiento de selección.

b.- La participación de los funcionarios debe ser voluntaria. Para su selección debe constatarse que efectivamente creen en el modelo y están convencidos de su viabilidad. Para mantener su implicación es necesario establecer canales de comunicación e información continuos y bidireccionales
c.- La participación de los internos es igualmente voluntaria, sujeta a la aceptación formal de las condiciones y normas establecidas.
d.- Se deben establecer sistemas de control de presencia en actividades y de movimiento de internos.
e.- Resulta clave como sistema de autocontrol que el “fallo” de uno repercuta en la colectividad y que esto resulte evidente. Se debe hacer ver esta consecuencia como pauta educativa. Es necesario que los funcionarios actúen de manera consistente, positiva y homogénea en la corrección de comportamientos.

2.- ¿Qué es un módulo de respeto?
Este manual de la DGIP describe un módulo de respeto como una unidad de separación interior de un centro penitenciario en donde la inclusión del interno es voluntaria y lleva implícita la aceptación de las normas de módulo, que regulan:
– El área personal referente a higiene, aspecto, vestuario y cuidado de celda.
– El área de cuidado del entorno (tareas de módulo) relativa a la utilización y mantenimiento de los espacios comunes.
– El área de relaciones interpersonales que incluye todas las interacciones del sujeto: con otros internos, con funcionarios, terapeutas y personal del exterior.
– El área de actividades, que regula la programación de actividades de cada interno, independiente de las tareas de módulo que le corresponda a su grupo, que comprende todos los días de la semana y todas las horas del día en la que se determinan qué actividades debe realizar en cada momento y planifica los tiempos de ocio.
Pero todo ello pivota sobre tres ejes:
– Un sistema de organización en grupos
– Un procedimiento inmediato de evaluación
– Una estructura de participación de los internos
Las tareas de reparto de comidas, mantenimiento, orden y limpieza de las zonas comunes (tareas de módulo) son asumidas por todos sus residentes, por lo que no existen los puestos tradicionalmente denominados “destinos”. Los sectores de tareas de módulo se distribuyen entre grupos fijos conformados según criterios específicos de organización y tratamiento. En cada uno de estos grupos existe un interno responsable con funciones de representación, organización, distribución de tareas, aculturación y mediación entre sus miembros.
3.- ¿Qué evaluar?
Todos los residentes son evaluados diariamente por el funcionario del módulo en cuanto al cumplimiento de las normas de módulo de respeto. Las evaluaciones de cada uno de los integrantes del grupo repercuten en las tareas que el grupo tendrá que asumir cada semana. Los internos también son evaluados semanalmente por el Equipo Técnico que realiza una evaluación global relativa a la evolución del interno en su programa específico de tratamiento. Hay evaluaciones diarias y semanales
La hoja de registro consta de espacios específicos para la evaluación y para las anotaciones que desee realizar el funcionario. En ese registro el funcionario debe realizar una valoración diaria global calificando como NORMAL o como POSITIVO a cada uno de los internos. En definitiva, el sistema utilizado es el del refuerzo negativo. El interno tiene que emitir conductas adecuadas para evitar la calificación de negativo y las consecuencias individuales y de grupo que esta calificación conlleva. Un interno solo puede tener una calificación de Positivo al día mientras que, teóricamente, puede tener un número ilimitado de negativos. Los negativos además del funcionario del módulo, los pueden y deben poner todos los profesionales que trabajan o visitan un módulo, incluso funcionarios y trabajadores de otras dependencias a las que el interno se desplace. En este caso es necesario informar inmediatamente de ello al funcionario del módulo para su registro. Una condición imprescindible para que el negativo cobre toda su efectividad es la comunicación al interno, en el mismo momento en que se pone, de su anotación y de la causa que lo ha originado. Es esencial que el interno conozca que no está haciendo lo que se espera de él y que sepa por qué. Una norma extendida por todos los módulos de respeto es que la calificación con negativo no se discute, la discusión insistente sobre el negativo debe dar lugar a un segundo negativo.
Otra norma aceptada por todos es que el negativo no se quita. Sólo en caso de que se compruebe fehacientemente un error se puede plantear la eliminación de un negativo, siempre que el profesional que lo haya puesto esté de acuerdo. En ocasiones algunos profesionales pueden tener dudas sobre si determinadas actuaciones de los internos deben o no ser calificadas con negativo. Estas dudas deben ser comentadas con otros funcionarios, con el educador y demás profesionales del módulo para adoptar medidas comunes. La experiencia ha demostrado (dice el manual de la DGIP) suficientemente que los internos prefieren a los funcionarios que ponen negativos con profusión a aquellos que son más benevolentes o comprensivos. Con los primeros los módulos funcionan mejor y como consecuencia los internos viven mejor.
4.- Consecuencias de la evaluación negativa
– El primer nivel de consecuencias que tiene la evaluación de cada interno se da en el ámbito del grupo de trabajo que elige la tarea a realizar en cada semana en función de la suma de las valoraciones de todos sus miembros. Esta distribución de tareas se hace normalmente los martes, al día siguiente de la reunión del equipo tras haber ordenado los datos de la semana anterior. ( A saber que las tareas están clasificadas por el grado de penosidad).
Habitualmente antes de la hora de la comida se cuelga en el tablón de anuncios el listado de positivos y negativos de la semana con la ordenación de los grupos en función de su calificación. Durante la comida, el educador requiere de cada responsable de grupo que elija la tarea para la semana comenzando por el grupo que menos negativos tiene.
A efectos de esta asignación el criterio es únicamente el de los negativos. Los positivos que pueda tener cada grupo solo se tienen en consideración en caso de que haya un empate a negativos. En el caso de que se produzca un doble empate a negativos y positivos se recurre a la moneda al aire, si ninguno de los dos responsables empatados cede al otro grupo el privilegio de elegir.
-Las consecuencias de la evaluación semanal se producen sobre el sujeto individualmente. Como ya se ha señalado, las calificaciones de Favorable, Normal y Desfavorable tienen una traducción automática en el sistema de adjudicación de puntos canjeables por recompensas.
– El siguiente nivel de consecuencias de la evaluación determina criterios de expulsión de los módulos. Es una información objetiva para el Equipo Técnico, relativa a cómo está funcionado el interno: La calificación de Desfavorable en tres semanas durante un trimestre supone la expulsión automática del módulo. Normalmente esta calificación de tres evaluaciones en un trimestre con Desfavorable se da a lo largo de un proceso en el que el individuo ha tenido suficientes advertencias como para modificar su repertorio de conductas. Generalmente, no se llegan a consumar las tres evaluaciones con Desfavorable ya que la inadaptación del sujeto hace que sea expulsado antes por algún otro de los motivos establecidos para la expulsión en la normativa del módulo, generalmente un expediente disciplinario.

3.2. El modelo de la Unidad Terapéutica Educativa (UTE)

Hacia 1992 surge el primer “espacio terapéutico libre de drogas” en el Módulo II de la Prisión de Villabona (Asturias). En 1998 se amplía la intervención al Módulo I y se incluyen mujeres, creándose el primer espacio carcelario mixto en todo el estado. En 2005 se “libera” el Módulo IV y en 2007 el Módulo III con lo que la UTE pasa a dominar más del 40% de toda la prisión. Sus principales líneas de acción son: a) superación de la subcultura carcelaria a través la destrucción de los estereotipos y de la co-gestión entre profesionales, funcionarios y presos; b) integración al módulo de todos los internos que así lo soliciten, sin importar sexo, edad, grado penitenciario ni tipo de delito (excluidos los delitos calificados como terrorismo); c) constitución de grupos terapéuticos dirigidos por profesionales (educadores, psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales) en los que se realizan estrictas actividades de formación (talleres ocupacionales, educativos y de salud) y se promueve la “concienciación” de los presos sobre déficit, carencia y causas de la conducta desviada y delictiva; d) aislamiento del resto de la población reclusa y de las influencias negativas, especialmente del ambiente de las drogas, y recodificación de las relaciones amigo / enemigo, e) sustitución de la vigilancia disciplinaria por el control de la información a través de un sistema orgánico que incluye al equipo de profesionales (diseño y coordinación de las intervenciones),
funcionarios y guardias (tutores de los grupos terapéuticos), grupo de apoyos (presos con mayor nivel de concienciación), grupos terapéuticos (población reclusa en general) y organizaciones externas (ONG’s y organismos de asistencia). Para ingresar al módulo los presos deben firmar un “contrato terapéutico” en el que se comprometen a respetar estrictamente las normas del módulo bajo amenaza de expulsión. El uso de la violencia física o verbal, la introducción de drogas, la relación con personas negativas o la resistencia a asumir el proceso terapéutico, pueden ser motivos de expulsión. El sistema de “seguridad” de la UTE privilegia el control a través de una compleja organización interna y de una red territorial que incluye procedimientos de registro, examen, diagnóstico, seguimiento y apoyo. Como expresa un guardia la UTE “es un sistema que puede controlar sin vigilancia”. Desde un punto de vista estrictamente político su característica más notable es la de constituirse en una eficiente red de comunicación e información. No señala un blanco ni una órbita, sino que intenta constituirse en un nicho. Es un modelo más totalitario en la medida que promueve una adhesión interna, subjetiva, de los presos ante su proceso terapéutico y el de sus compañeros, muchas veces bajo la presión de ser considerados por los presos de otros módulos “chivatos”5 o “perras”. Se trata de un proceso terapéutico encargado a la institución penal que hace que la personareclusa caiga todavía más en manos del sistema penitenciario. Pero, aún siendo la individuación el objetivo más inmediato del dispositivo terapéutico, produce su efecto más contundente sobre el colectivo, sobre los espacios, dinámicas, acciones y reacciones del conjunto de presos, guardias, funcionarios y profesionales que forman la anatomía y economía de la prisión. Como efecto de la acción terapéutica la vida cotidiana de los módulos, los tiempos, espacios y formas de cumplimiento de condena, cambian afectando al sistema clasificatorio y de actitudes en un proceso de recodificación. En conclusión, el tiempo regresivo de la experiencia carcelaria es sustituido por un tiempo progresivo (productivo) de la terapéutica, donde los presos se vuelven gestores de su propio espacio de castigo y reforma.  El modelo de la UTE se ha deslocalizado en la actualidad hacia otras Prisiones dentro y fuera del estado español. La forma de hacerlo ha sido Organizando un sistema de formación del personal encargado de la dirección de estos nuevos módulos a través de stages. Aprendido el sistema de gestión, estos hombres y mujeres que participan con una carga emotiva muy fuerte debido su inclusión en un proceso de reforma (interno) definido “histórico”, han sido los vectores de difusión del modelo hacia otras prisiones.
Se trata de un rápido proceso gubernamental de construcción de redes administrativas alrededor de un nudo de significado teórico orientado a la praxis y a la distribución de los programas terapéuticos: ya son 12 cárceles que plantean instituir la alternativa terapéutica (Madrid, Andalucía, Galicia, Valencia…), y la D.G.I.P. trabaja para que en poco tiempo las 77 prisiones españolas cuenten con un módulo terapéutico. La expansión progresiva del proyecto terapéutico en el seno de la cultura carcelaria tradicional pone en circulación una forma diferente de poder. Este nuevo gobierno de las prisiones actúa a través de una subjetivización del castigo y una individualización de la condena, cuyas consecuencias son la reducción de los espacios/tiempos de crisis, la objetivación de los procesos de reinserción y la metamorfosis de las categorías de presos y guardias a través de otros códigos, menos evidentes, más flexibles.
3.3. Algunas conclusiones
Desde el año 2006 se ha producido un punto de inflexión en la política del Ministerio del Interior y de la DGIP. Una política que avanza hacia un modelo cambiante a los brazos del ámbito terapéutico y del control en el seno de las prisiones. Dos son las “instituciones” que progresivamente se están implantando en toda la geografía del Estado Español, por un lado, los llamados “módulos de respeto” mas extendidos, y por otro, las UTE (Unidades de Tratamiento Educativo) cuya implantación está teniendo, por el momento, un menor desarrollo.
El fenómeno encubierto de la mutación terapéutica de las prisiones no solo señala el cierre de una época histórica, sino que marca el cambio de un modelo de racionalidad de gobierno y un nuevo régimen del ser que solo se hace inteligible desde un discurso clínico-penal. La cárcel ya no es en estos espacios una maquinaria de guerra sino una maquina de curación.
Se está dando un cambio hacia un horizonte terapéutico. Desde la incorporación de la práctica clínica en su dispositivo jurídico-penal, estamos frente a una reforma que re-sincroniza la frecuencia del castigo. Habrá que ir viendo, progresivamente, hacia donde nos llevan esas nuevas formas de castigo, cuales son sus peligros los cuales no se antojan sean pocos ni de pequeña envergadura.
Por el momento lo que si que debemos afirmar es que la implantación de estos nuevos mecanismos de los que se van a servir las Instituciones Penitencias se está haciendo del mismo modo que el resto de sus acciones: desde la irracionalidad y la carencia de humanidad.

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